XXII
Me cuenta que salió de mochila a recorrer Latinoamérica. Un viaje largo, de ensueño, con poca plata.
Hizo dedo para moverse de un pueblo a otro, de una ciudad a otra, empezando por el norte de nuestro país. Elaboró y vendió artesanías en el camino. Trabajó de lo que pudo surgir.
Ahora me recibe en la farmacia de Laferrere y me cuenta. Le brillan los ojos de entusiasmo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggOsNS7G4oXaPT_9gJsrFqYb8zh20Um9asWW3d-7miuUm1h_EsPKqSeoYaJNB-d0DbJedNhDT82063Vr-o_tOciLCvqeWrb5D0muMMdwxfk_7Iwi6zeTuMZDlUeC3OEU_ADsK3HrLnX8E/s320/192+-+Encuentros+%2528XXII%2529_2.jpg)
Acá leí tu libro, enfatiza el muchacho, mirá, fue acá. Habla de Soy Culpable. Años atrás me lo compró en esta misma farmacia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPV214kWWC1cGgMV75iXux9dALJXvIV7tzur4ldcNTY965gNOKxJOQQZVr8K0zUQixGbsXmaWOvxhfl77t-21szV1WuFYG0EEKOtBBWnQgxt2ys0BmVXAHy-qlcHw-BlLLdK5dmZ0fXiQ/s320/192+-+Encuentros+%2528XXII%2529_3.jpg)
Quedó (ambos libros quedaron) donde la suerte quiso. Habrá encontrado quizá un lector nuevo. Así queremos creer, el muchacho y yo.
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