viernes, 10 de enero de 2014

Las noticias y el rating

Reflexionemos.


Las noticias y el rating


La ciudad es grande, inmensa, la habitamos de a millones. A todos nos pasan cosas mientras tanto: algunas sencillas, intrascendentes; otras hermosas, casi mágicas; de vez en cuando una de la que preferiríamos no hablar, horrible, de esas que le toca a uno en un millón (otra vez con los millones).

Después viene la tele, la radio, la prensa escrita. Hace una selección de las horribles, escarba entre las peores, se regocija. Hará un show. Competirá por el rating.

Te dirá que no salgas a la calle porque te violan, te matan, te saquean. Te dirá que no te quedes en casa porque se incendia, se inunda, te toman de rehén, o en el mejor de los casos se te corta la luz por veinte días y se terminan las velas en todos los negocios del barrio y las pilas y las linternas y los generadores eléctricos. Te dirá que tengas miedo, que tiembles, porque todo, todo esto junto y más, mucho más, te puede pasar a vos, y sólo a vos, hoy o mañana o cualquier día de estos.

¿Qué hacés entonces?, ¿te vas a vivir a una isla (¿me voy a vivir a una isla?)?, ¿te atrincherás (¿me atrinchero?)?, ¿te comprás un auto blindado (no llego a tanto)?, ¿o apagás un ratito la tele, la radio, la prensa escrita, y te dejás vivir (¿me dejo vivir?) como la vida venga?


Alejandro Laurenza

2 comentarios:

Lola Mariné dijo...

La verdad es que ver las noticias en televisión es deprimente.
Yo antes siempre las veía mientras preparaba la comida y comíamos, ahora pongo música y me siento mucho mejor.
Saludos!

Alejandro Laurenza dijo...

Totalmente, Lola. Yo las sigo viendo la mayoría de las veces, pero intentando darle la dimensión que tienen, y no la que nos venden.

Un abrazo!