Hasta ahora Amazon se me viene negando. Contrariamente a lo que ocurre en la calle, no he conseguido vender allí más que un puñado de libros. No sé cuál es su secreto. O tal vez lo sospeche: la presencia que pueda tener yo mismo en diferentes redes sociales.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUer1zkNFl68KJ1of4Gf9PItSfVrqvXH0n5iG8e9T7GuJZrCb9mMpuHIwJMl7BjxPCFKaJxVjHSmDox6iTrt2qyBEtl52gZISZ1qbATHC5R9wa2xdTKyAs1MbzOqjDli_XsTyHnC0BKrM/s200/131+-+La+impenetrabilidad+de+Amazon+(2).jpg)
Y no es que mi presencia sea cero, pero es cierto que no soy propenso a las grandes conversaciones. Como tampoco lo soy en la vida real, la de carne y hueso, salvo cuando el tema en cuestión de verdad me apasiona.
Entonces, si no quiero (o no puedo) ser alguien que no soy, y este que soy no coincide con las necesidades de la plataforma, es probable que las cosas sigan así:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRN7xOCPGlkTHtRME9gJwdLy1_oXbkbqiVT62jev2RMciz9DaDnVBcuTrxfUkGz1SfOfG41lIacqgIn1nVQ2PZi3BtY5ZimL6fHN7eUr7fvWT4G4-COLuOoYfpttiNHd3GZR2Iqa68Kfo/s200/131+-+La+impenetrabilidad+de+Amazon+(3).jpg)
Amazon en una negación permanente (impenetrable, absoluto), y yo sabiendo mis limitaciones, mis carencias, y explotando, a cambio, los que creo son mis puntos fuertes: el contacto directo, el escuchar (mucho más que hablar), el decir la palabra justa y pausada, el mirar a los ojos para entender a quien tengo delante.