viernes, 30 de agosto de 2013

La impenetrabilidad de Amazon



Hasta ahora Amazon se me viene negando. Contrariamente a lo que ocurre en la calle, no he conseguido vender allí más que un puñado de libros. No sé cuál es su secreto. O tal vez lo sospeche: la presencia que pueda tener yo mismo en diferentes redes sociales.

Y no es que mi presencia sea cero, pero es cierto que no soy propenso a las grandes conversaciones. Como tampoco lo soy en la vida real, la de carne y hueso, salvo cuando el tema en cuestión de verdad me apasiona.

Entonces, si no quiero (o no puedo) ser alguien que no soy, y este que soy no coincide con las necesidades de la plataforma, es probable que las cosas sigan así:

Amazon en una negación permanente (impenetrable, absoluto), y yo sabiendo mis limitaciones, mis carencias, y explotando, a cambio, los que creo son mis puntos fuertes: el contacto directo, el escuchar (mucho más que hablar), el decir la palabra justa y pausada, el mirar a los ojos para entender a quien tengo delante.

sábado, 24 de agosto de 2013

Los primeros 100

Hace poco conté que se van sumando puntos de venta para mis libros. Hay de todo: librerías, jugueterías, cybers, veterinarias o tiendas de mascotas, kioscos de diarios, casas de cotillón.

La premisa es no consignar. Se los ofrezco sí con un justo descuento, si aceptan comprarlos en pequeñas cantidades y me aseguran que su objetivo es ofrecerlos al público.

Lo que me estaba faltando era llevar un registro de esos negocios, cosa que me propuse remediar, para tenerlo ahora disponible en la web.

Así, alcanzamos en estos días los primeros cien puntos de venta registrados. La lista promete seguir creciendo. La tarea de actualización será continua.

Los invito a visitarla, a ver si alguno de estos lugares queda cerca de sus casas, y a comprar un libro si la curiosidad lo pide.

Demás está decir que las puertas quedan abiertas para cualquier persona que desee sumar su comercio a este proyecto.

lunes, 19 de agosto de 2013

Encuentros (III)

Cosas que pasan en la calle, en relación a los libros.

III

No uno, sino tres. Para el centro de jubilados. Un encargo que le hicieron cuando ella les habló de la novela (o se las mostró, no recuerdo exactamente). Me había comprado antes en Merlo, en un lavadero de ropa, un ejemplar para ella y también uno de Toba.

Sumó ahora poesía. Y los tres de novela que le pidieron.

Y la estación de Liniers más tarde, y una milanesa a la napolitana que disfruto, mientras escribo estas líneas.

domingo, 4 de agosto de 2013

El modelo de escritor

¿Hay un modelo de escritor, una forma de conducirse, un estereotipo? ¿Hay un prestigio que deba cultivarse? ¿O, por el contrario, cada cual es libre de tomar el toro por las astas, y de hacer las cosas como mejor le parece?

Al final de todo, cuando llegue la muerte, ¿se habrá sido más escritor cumpliendo con los cánones establecidos? ¿A quién le importa?