sábado, 13 de enero de 2018

Siete años


Este año que pasó (se cumplieron siete vendiendo libros por la ciudad) fue un poco más arduo que los anteriores. Como saben, nuestro mercado interno viene bastante golpeado, y los que trabajamos para él (la mayoría de Pymes y pequeños emprendedores) sufrimos las consecuencias. Sin embargo no puedo quejarme: con mucho esfuerzo continúo creciendo.

El lugar central lo ocupó El mago Pascualito. Ilustrado por Marcos Amayo Acosta, vio la luz a fines de 2016, y tuvo ahora oportunidad de llegar a la gente.

Lo acompañaron Maldita Conciencia (en su tercera edición) y los títeres y telalibros de Toba, Fuz y Croack. Entre todos me ayudaron a transitar el año de la mejor manera posible.

Sostengo que la clave está en no rendirse, en esperar agazapados (y fortalecidos) los buenos tiempos, esos que siempre regresan. Nuestra historia circular económica da fe de lo que digo.