En una entrada anterior, comenté al pasar que había escrito un libro infantil. Ese libro se llama El diario de Toba, y nació de una manera inesperada.
Como otras veces, me senté un día con mi cuaderno tamaño A4, completamente nuevo, y con la primera birome que encontré por ahí tirada, para intentar escribir de una vez por todas una novela. De algún modo sentía que estaba más cerca, que algo en mi interior iba madurando, y que, de un momento a otro, esa novela debería iniciarse. Pero estaba equivocado. Todavía era tiempo de otra cosa.
Con la hoja en blanco y luego de pensar y de buscar en los rincones de la imaginación, inicié aquello desde la voz de un perro llamado Toba (que casualmente es el mío, mi perro). Y así Toba me sorprendió: hablando a veces sobre él mismo, sobre su historia, sobre su llegada a la familia, otras veces sobre los gatos que habitan la casa (que son muchos, y que él los tiene que aguantar e incluso querer), y hasta sobre nosotros, mi mujer y yo, a quienes suele dejarnos en ridículo desde su visión de niño inocente que lo cuenta todo. También habla de la familia y de los amigos, claro, y de cosas que son bastante tontas pero que a él le gustan y lo divierten.
Poco a poco, Toba fue avanzando en su libro, en su diario, y un día se dio cuenta de que llevaba ya muchas páginas, y entonces me preguntó que qué hacía. Yo me quedé mirándolo con incredulidad. ¿Este perro hablará en serio?, me pregunté. Pero él no bajaba la vista. Esperaba una respuesta de mi parte. Entonces me convencí, y lo tuve que ayudar.
Juntos buscamos en Internet, y dimos por casualidad con el blog de Elisabet y sus valiosos consejos para llegar a publicar, y hasta nos pusimos en contacto con ella. Es muy amable Elisabet, me decía Toba. Después armamos una carta de presentación, una sinopsis, recopilamos direcciones de mail de editoriales y agencias literarias, y nos lanzamos a la búsqueda.
Luego de algunos meses de trabajo, y de varias respuestas negativas, una editorial se interesó por fin en su libro. Él no lo podía creer. Estaba tan contento que no dejaba de mover la cola, y de sacar larga la lengua, tratando de que pareciera una sonrisa. Yo le decía no te apures, en estas cosas hay que tener paciencia.
Y la verdad es que no me equivocaba. Después de siete meses desde la firma del contrato, aún seguimos teniendo paciencia. Seguimos esperando. Con ilusión, pero con los pies en la tierra. Y sabiendo siempre que es sólo un primer paso. Como todos dicen por ahí, y con mucha razón, esta aventura en la que Toba está ahora embarcado es una carrera de fondo. Hay que seguir aprendiendo y tratando de hacerlo cada vez mejor.
Pero bueno, por hoy vamos a dejar acá. Toba, que lo tengo a mi lado, con las patitas de adelante cruzadas y la vista atenta, me pide que no siga contando. Por cábala, dice él, aunque no crea mucho en esas cosas.
11 comentarios:
Alejandro, ¡tengo muchas ganas de leer ese libro de Toba! La sabiduría perruna y el arte de su amo seguro que han dado un buen fruto. Recuerdo otro libro que leí hace siglos, narrado desde la perspectiva de un perro, el clásico de Jack London, La llamada de la selva. Supongo que tú también lo has leído... El enfoque de un animal da mucho interés a la historia.
Ya me avisarás cuando salga publicado. ¡Enhorabuena! Y un abrazo,
Elisabet
Elisabet,
No leí a Jack London, pero ahora que me lo recomendás voy a estar atento, y seguramente pronto lea algo de él.
Gracias nuevamente por tu ayuda! Y, claro, cuando esté publicado el libro te voy a avisar! :-)
Saludos,
Alejandro.
Buenísimo. Claro que vamos a leer ese libro, sobre todo ahora que Tini, la perrita de Angeles que está con nosotros desde hace una semana,escucha atentamente nuestra música y querrá oír, seguramente las historias de Toba.
Un abrazo rosarino. Raúl.
Sip, Raúl, y seguramente a Tini le van a gustar las historias de Toba! Se hace el arisco pero al final es un tierno, :-P.
Un abrazo porteño,
Ale.
Ya se va a dar
Sisi, Liman. Hay que seguir empujando nomás!
Un abrazo,
Ale.
http://feriadellibroindependiente.blogspot.com/
¡Qué lindo como lo cuentas, Alejandro! ya quisiera leer el libro de toba, y no te preocupes que la edición del libro saldrá. Mi primer libro salió después de ocho meses de haber firmado el contrato, casi un parto.
Un abrazo!
Blanca
Claro, Blanca. Es como le digo a Toba, tiene que tener paciencia, :-).
Un abrazo,
Ale.
Guau!!!!
Cómo no saber si es el Toba el que estaba escribiendo tu historia.
Vida de perros la nuestra, tocayo, y en horabuena.
Una vez me dijo un secretario de cultura ya extinto (orlando Calgaro), no seas ansioso, pibe, ya vas a ver que lo importante no es publicar, sino seguir escribiendo. y algo de razón tenía el viejo.... algo, por supuesto
un abrazo enorme
Sí, eso es cierto, Ale. Seguir escribiendo está por encima de publicar. Lo que pasa es que uno lo da por descontado, :-).
Un abrazo,
Ale.
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