Y un par de meses después, en los zapatos de ese amigo me iba a tocar estar a mí.
Pero este relato fue entonces, y no ahora.
Tal vez.
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Tal vez la use yo.
Acaba de morir el padre. Las palabras son graves, cargadas de importancia y de un sentido que no todos los días tienen. Lo acompañan un par de amigos.
La madre asiente.
En el aire hay una tristeza tranquila, sin altisonancias ni llanto. El silencio alterna por momentos.
Tal vez la use yo, dice.
Habla de la cadenita que le devuelve la empresa funeraria, esa que su padre llevaba siempre colgada al cuello, hasta el último día.
Tal vez, le escuchamos decir, y sabemos que jamás oiremos mayor certeza en una expresión formulada en la duda.
En esa cadenita, en ese instante, se resume sin quererlo, toda la búsqueda humana de trascendencia.
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jueves, 23 de noviembre de 2023
Tal vez
sábado, 18 de noviembre de 2023
El fantasma, lo que viene
Bastante avanzada la historia del fantasma, que empezó a la deriva, más por el impulso y las ganas de divertirme que cualquier otra cosa, dedico hoy la mañana, no a escribir, sino a estructurar lo que viene, y a intercalarlo quizá con lo ya escrito.
Planifico para después volver a soltarme. En eso estamos.
jueves, 16 de noviembre de 2023
Sobre clasificaciones
Las clasificaciones son herramientas que los seres humanos necesitamos para acomodar un poco nuestra cabeza. Nos encasillamos, así, los unos a los otros, en nuestros intentos precarios de pensar la realidad.
Me gusta no estar en contra ni a favor de ellas, hacer de cuenta a veces de que no existen, saber que son sólo una guía, nada definitivo.
Al igual que los renglones de una hoja de un cuaderno rayado: están ahí pero no nos obligan a seguirlos, somos nosotros quienes elegimos, o no, usarlos.
martes, 7 de noviembre de 2023
El amor y la furia, en espera
El amor y la furia, a tantos años de estar agotada, cerca de diez, me sigue dando lindas sorpresas. Ayer me encontré con una chica: sí , la leí en 2013 o 2014, me dice; me encantó, se entusiasma, se la presté a todo el mundo.
Después pienso: cómo me equivoqué en no haber hecho en su momento una tirada un poquito más grande (probé con 2000 ejemplares, que me duraron poco), y jamás encontré el espacio (y el dinero, digamos todo) para reeditarla. Se me fueron acumulando los proyectos: libros varios para chicos, para bebés en tela, poesía (reediciones y uno nuevo), y ahora otra novela con la que tengo un buen pálpito, ya vamos a ver.
Mientras tanto, El amor y la furia sigue esperando. Que no desespere, le pido.
miércoles, 18 de octubre de 2023
Encuentros (XXXVII)
Hablamos con un muchacho en una óptica de Ramos Mejía. Me cuenta que él tiene El diario de Toba, en una de sus primeras ediciones, de cuando la portada y los dibujos eran otros. Me lo compró hace por lo menos diez años, allí mismo.
Charlamos un buen rato. Surge una de esas entrevistas improvisadas, a las que me voy acostumbrando. El interés está en esto de vivir de la literatura, y en aquello de haber hecho a un lado una profesión en la que me hallaba realmente cómodo, ganando muy bien (en sistemas los sueldos siempre fueron buenos) y con el reconocimiento de mis pares (esto último creo que es lo que más extrañé cuando decidí volver a empezar: la reputación de años de trabajo se me disolvió de un día para el otro).
Ahora los hijos del muchacho son grandes, ya están en la universidad, por lo que esta vez no me compra libros. Pero no importa, le agradezco especialmente por haberme comprado entonces, cuando todavía no estaba afianzado en esa nueva bifurcación trascendente de mi vida, y todo me resultaba mucho más difícil, como a cualquiera que decide iniciar un proyecto desde casi cero.