Hay algunos periodistas en los que creo, en cuya honestidad intelectual confío. Hay algunos, a los que puedo escuchar o ver, sin que mi cabeza (cansadora) especule permanentemente sobre las segundas intenciones que sus dichos esconden. Hay algunos, pocos, a los que admiro. Uno de ellos era Zloto. Ahora me quedan menos.
Tuvo la gentileza en 2014 de leer tres de mis poemas. Lo comparto.
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