Animarse
Uno sabe (porque saber sabe) que hay que moverse, que hay que matar la rutina, que hay que salir a otras calles, visitar otros cielos, nadar otro ríos.
Sin embargo se deja caer, se deja encerrar, y se encuentra, como siempre, en la misma calle, bajo el mismo cielo, y frente al mismo río que nunca se animó a nadar.
Alejandro Laurenza
tan cierto en mi caso... algún día será bisagra...
ResponderEliminarAbrazo.
Ale, me agrada que hayas resumido tan bien éso que nos pasa muchas veces.
ResponderEliminarVa un abrazo
Betty
El saberlo no da los ánimos necesarios para moverse. Ésos hay que buscarlos más adentro de nosotros mismos
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto. A veces navegamos eternamente en el mismo sitio sin saber que un paso al costado está lo que buscamos
ResponderEliminarRaúl, sé que la reflexión es dura, pero es la forma que encontré de enfrentarme a mi propia realidad estática, y al fin cambiarla...
ResponderEliminarGracias, Betty!
Claro, Alís, saberlo no alcanza, pero ya es un paso más cerca que no saberlo, ¿no?
Cierto, Felis. A veces el cambio está más cerca de lo que parece.
Un abrazo a todos,
Ale.
Muy bueno Alejandro.
ResponderEliminarMe he observado a mi mismo en ese estado muchas veces. Sin embargo, nunca pude ponerlo en palabras de una forma tan contundente.
Es muy cierto lo que dices, Alejandro.
ResponderEliminarMuchas veces nos quedamos en el "me gustaria", "querria", y no somos capaces de ponernos en pie y realizar nuestros sueños.
Saludos
Es una buena reflexión, Alejandro. Y muy cierta.
ResponderEliminarYo no sé qué nos impulsa a quedarnos en el sillón y no movernos. ¿Comodidad, miedo, aceptación?
Por si acaso, yo sí intento abandonar el sillón y bucear en ese río lleno de sueños por cumplirse.
Un abrazo.
Martín, creo todos caemos a veces en ese estado de letargo. El desafío es abrir los ojos, e intentar salir.
ResponderEliminarCierto, Lola. La famosa postergación....
Maribel, me parece que la causa es un poco de todo lo que decís: la comodidad nos lleva al tedio, y luego nos cuesta salir, por miedo a perder esa misma comodidad adormecedora.
Un saludo,
Alejandro.
Es cierto, todos caemos en esa especie de letargo y debiéramos animarnos a nadar otros ríos. Creo que reconocerlo, es el primer paso para zambullirnos, aunque nos cueste.
ResponderEliminarAbrazo
Mmm, cierto. Para obtener resultados diferentes hay que hacer cosas diferentes ¿no?
ResponderEliminarAbrazos
Así es, Horacio.
ResponderEliminarSí, Martikka. Bien dicen que lo que hoy somos es el resultado de lo que hicimos.
Saludos,
Alejandro.
en general vivimos como eternos...
ResponderEliminarcomo si siempre hubiese tiempo. Cuando uno esta dispuesto a animarse es el entorno el que viene a detener con sus "profecías cumplidas".