Quienes escribimos, sabemos de sobra que acabar nunca se acaba. Habrá siempre lugar para pequeños retoques, y hasta reescrituras cuando lo creamos necesario. Cada vez que le demos una nueva mirada a nuestro trabajo, no tendremos más remedio que modificarlo.
Por eso digo presentable. Después veremos.
Su título, El amor y la furia. Su posible clasificación (nunca fui bueno para estas cosas, y probablemente nunca lo sea), novela corta existencialista. Su texto de contratapa (al menos por ahora), el que dejo a continuación.
La vocación, el destino, el amor agazapado en cualquier esquina. El desconcierto de estar vivos, la ternura, la felicidad transparente y efímera. La razón socavada. El final. La furia.
En el asesinato inexplicado de un hombre se inicia esta historia. Y a partir de allí van surgiendo, como en un rompecabezas, las circunstancias que lo hicieron posible.
Ya la vendiste, Ale. Nos generaste una intriga bárbara. ¿Vuándo se distribuye? Ah, la priemra línea del segundo párrafo del post me tiene preocupado. Abrazo
ResponderEliminarJaja, Raúl. Ahora tengo que empezar a buscarle un destino...
ResponderEliminarUn abrazo,
Ale.
Pues la sinopsis está muy bien. Y el título, genial. Deja reposar un tiempo y vuelve con una nueva corrección y repaso. Pero sí, es cierto, nunca acabaríamos....uf!
ResponderEliminarAsí lo haré, Martikka!
ResponderEliminarUn abrazo,
Alejandro.
No la repases más...dejala existir por su cuenta.
ResponderEliminar(El hilo conductor del escritor debe cesar. Es allí donde hay creación)
Te felicito Ale. Un beso
Gracias, Cleo!
ResponderEliminarDicen que en toda creación se debe respetar el juicio diferido. Osea no hay que juzgar mientra se crea, para no frustrar el proceso. Hay que juzgar después. Y en eso estamos.
Pero es cierto. En algún momento se debe cesar.
Un abrazo,
Alejandro.
Como sinopsis, excelente, compro, che. Coincido con Martikka, dejala reposar un poco más y por la última y definitiva lectura...
ResponderEliminarSaludos
Te sigo
Gracias por pasar, Horacio!
ResponderEliminarUn abrazo,
Alejandro.
Ah, Alejandro, al final revisar lleva más tiempo que escribir, al menos para mí. Cuando estoy en la vorágine de la escritura, anoto detalles que tengo que resolver para después, ¡y luego me meto en cada lío...!
ResponderEliminarUn abrazo
Es muy bueno, Blas, eso que hacés de dejar los detalles para después. Así no cortás el momento creativo. Pero, claro, ese después da bastante trabajo, :-).
ResponderEliminarUn abrazo,
Alejandro.
El titulo tiene fuerza, y la sinopsis se ve muy interesante.
ResponderEliminarMucha suerte y que consigas pronto editorial.
saludos.
Lo mío es un auténtico desastre, ya no doy nada por corregido, y cada vez que releo algo de lo que tengo escrito me dan ganas de escribirlo de nuevo de principio a fin. Eso menos mi última novela, que la veo perfecta, justamente lo que me ha dotado de sequía literaria. No me fío de mí.
ResponderEliminarSaludos
La presentación es muy buena, Alex, y la cortísima sinopsis un abreboca estupendo. ¡Ya la quiero leer!
ResponderEliminarEn cuanto a la corrección... tienes razón, nunca consideraremos una novela suficientemente corregida, pero algún día debemos darla por concluida.
Besos y mucha suerte!
Blanca
Lola, Blanca, gracias! Vamos a ver qué pasa de aquí en adelante.
ResponderEliminarBegoña, en general, con el tiempo, escritos propios que nos parecían buenos, dejan de ser tales. Un poco porque uno pierde ese enamoramiento inicial, y otro poco porque crecemos en el medio, y adquirimos mejores elementos de juicio. Ambas cosas son buenas para mejorar nuestro trabajo, luego de su merecido reposo.
Un saludo,
Alejandro.
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