sábado, 5 de diciembre de 2009

El punto final

Acabo de terminar de escribir mi primera novela. Luego de varios meses de trabajo, atrapante y obsesivo por momentos, y cansador por otros, y de no pocos intervalos voluntarios o forzados, coloqué al fin el último punto de la historia (al menos por ahora).

Lo que viene es dejarla descansar, como indican las buenas costumbres, para iniciar entonces una corrección despiadada, ya no de nuestro libro/hijo, sino del libro/hijo de algún otro, a quien podremos criticar desde lejos, sin correr el riesgo de que el amor o el orgullo nos jueguen una mala pasada.

Pero, claro, que la historia descanse no significa que debamos descansar también nosotros. Tengo en mente algunas otras cosas que quisiera escribir, y de las que espero aprender, como siempre, que ya están formando una pequeña e imaginaria fila. En unos días más retomaré entonces la pluma, devenida en netbook, para embarcarme en lo nuevo, que me espera anhelante desde algún rincón desconocido de mí mismo.

Mientras tanto leo a García Márquez, en su Vivir para contarla, sobre el que debo confesar que me costó un poco engancharme al comienzo; quizá porque esperaba un libro más directo, en el que se su vida no fuera relatada como una novela, sino como simples memorias, ansiosas por salir a como de lugar. Pero, pasada la primera sorpresa, estoy ahora en un punto en que siento necesidad de leer y leer, y en que giro por momentos el libro, para mirarlo desde un costado, y constatar con cierta tristeza que cada vez me falta menos para llegar a su fin.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Un maestro, Usted Laurenza. Es cierto que la ansiedad mata al autor. La novela debe descansar y después debemos dedicarle un tiempo duro a la corrección, y ahí, sí nos encontramos con cosas que nos permiten decir: ¿cómo escribí esta frase? Y el tachón dará lugar a una obra nueva. Abrazo rosarino. Raúl.

Alejandro Laurenza dijo...

Así es Raúl, esto es una lucha continua contra la ansiedad. Y lo sabés por experiencia, claro.

Un abrazo,
Ale.

Anónimo dijo...

¡Felicitaciones!. No es fácil concluir una novela. No es fácil decir lo que dijiste. Revela mucha sabiduría. Deseo con fervor que la suerte (esa gran desconocida) te acompañe. Un cariño: Ro.

Alejandro Laurenza dijo...

Gracias, Ro, por el aliento! Me parece que lo más importante es perseverar, :-).

Un abrazo,
Ale.

Blanca Miosi dijo...

Admiro a los chicos que como tú se dan a la tarea de escribir. ¡Terminaste toda una novela! Felicitaciones! La mitad del trabajo está hecho. Falta el trabajo de campo. Que también se disfruta.

Besos!
Blanca

Alejandro Laurenza dijo...

Gracias, Blanca! :-)

Un abrazo,
Ale.

Anónimo dijo...

Maravilloso Ale!

Me imagino que querrás publicarla en algún momento... Por supus para la presentación nos tenés que avisar. Pero estaría muy bueno que nos encontráramos tus "fans" rosarinos en algún bar uno de estos días, para festejar la conclusión de tu novela y de paso, prodigarnos los mejores deseos para lo que queda de este año, el pxmo y los que vendrán...

Besos y abrazos,

Orquídea Negra/elda

PS: miembro del grupo bc-rosario-victoria, junto con Rauli y otr@s personajes... jajajaja

Martikka dijo...

¡¡Felicidades Alejandro!!Siempre es un orgullo acabar una novela y más si es la primera. Han de venir más, seguro, como más poesías y más relatos. El acabar una novela es quedarse un poco solo, es dejar que ese "hijo" nos abandone para dar paso a otros nuevos. No siempre, pero muchas veces, acabar una novela es morir un poco, es abandonar a tus personajes, es acabar una etapa. Ahora, ¡adelante y a por más historias! ¿Cuántas son las que tocan escribir a tí? ¿Cuántas son las que a mí?

Abrazos.

Alejandro Laurenza dijo...

Gracias, Elda! Claro, me gustaría publicarla pero igual falta para eso. Recién cuando la tenga corregida, iniciaré la búsqueda de editorial. El que está antes en la lista es El diario de Toba, :-).

Y sí, un día podemos arreglar con Raúl y nos juntamos!

Un abrazo,
Ale.

Alejandro Laurenza dijo...

Marta,

Supongo que es así, uno empieza a extrañar a los personajes, y siente que algo le falta, al menos por un tiempo. Aunque la verdad es que todavía no llego a ese punto. Quizá porque tengo aún la etapa de corrección por delante, que es de alguna manera como seguir escribiendo.

Un abrazo,
Alejandro.